domingo, 21 de julio de 2013

¿ Por donde rondaban los Agotes ?.



El castillo de Amaiur fue uno de los últimos bastiones del Reino de Navarra, una de las últimas defensas en caer frente a la conquista llevada a cabo por el Reino de Castilla.
Si bien consideramos que Navarra perdió su independencia frente a Castilla en 1512, perdida la batalla de Noáin, sabemos que todavía una hueste de fieles a la corona Navarra se atrinchero buscando refugio en el Castillo de Amaiur, muy cerca de la frontera con Francia.
Fue tal la resistencia mostrada por dichos caballeros, que aun estando en minoría, fueron capaces de aguantar varias batallas y escabechinas hasta 1522, fecha definitiva en la que sucumbió frente a la numerosa y mejor preparada armada castellana.
Una vez que el Viejo Reino estaba bajo control, el Cardenal Cisneros, hombre de confianza de los Reyes Católicos, mandó destruir o desmantelar toda aquella fortificación o baluarte defensivo que rememorara la resistencia Navarra frente a Castilla. Así pues, el Castillo de Amaiur fue destruido, como otros tantos castillos navarros, siendo ocho o nueve los únicos que quedaron en pie.
Como curiosidad, se cuenta que las piedras del castillo fueron reutilizadas para la construcción de la iglesia del pueblo, así como que la puerta del castillo estaría hoy en día, en Arraioz, en el palacio Jaureguizar, reutilizada como una puerta palaciega.
Si acudimos hoy en día a Amaiur, veremos un monolito levantado a principios del siglo XX en el lugar donde se encontraba aquel castillo y que fue levantado en honor y recuerdo de todos aquellos que cayeron en la defensa del Castillo de Amaiur.
Gracias a las labores arqueológicas llevadas a cabo por la Asociación Aranzadi, promovidas por el Ayuntamiento de Baztan y el pueblo de Amaiur, han visto la luz parte de las viejas murallas que rodeaban la torre del castillo, y no se descarta que en futuro sed pueda acometer labores de recuperación más completas de dicho castillo.

*AYUNTAMIENTO.

El noble Valle y Universidad del Baztan comprendía catorce localidades, y desde 1969 quince, (desde la anexión de Amaiur al Valle). Constituye una única jurisdicción en propiedad común, un Concejo y un sólo Municipio.
El organismo supremo político y administrativo es la Junta General de Valle. Tiene sus propias ordenanzas comunes que han ido elaborándose a través de los tiempos hasta nuestros días.
Los lugares de reunión tanto de las Juntas Generales como de las Juntas Particulares y del batzarre de cada localidad han sido diversos a través del tiempo.
Desde finales del siglo XVII se establece que a las Juntas Generales en Elizondo asistan el alcalde, el secretario, los jurados de cada pueblo y sus 34 diputados.
Las celebraban en estas fechas: el tercer día de las Pascuas de Navidad, Resurrección, Pentecostés y San Miguel.
Todavía a principios del siglo XVIII, los de Aniz y Azpilkueta se reunían en la plaza pública, los de Irurita se reunían en el lugar llamado Kokolarrañeta, los de Erratzu en las escuelas y los de Elbete y del resto de los lugares en el cementerio de las iglesias parroquiales.
La costumbre de reunirse en estos puntos, algunos de ellos utilizados desde siglos, desaparece al disponer de una casa ayuntamiento propia.
Por lo menos ya en 1643 aparece la junta en una sala concejil para dar poder al noble Miguel de Ursua.
Los datos que se tiene de esta junta y de juntas posteriores, no debía ser amplia. En muchas ocasiones se juntaron en el palacio cabo de armería de Jarola en Elbete por su amplitud.
A finales de 1695 decidieron construir un edificio de nueva planta y fijaron su mirada en una propiedad del Real Monasterio de San Salvador de Urdax.
Estos venden la casa de Lagares por 380 ducados de plata.
Toda la construcción va expresada detalladamente en un largo condicionado. "El modelo a seguir en la construcción del edificio debía ser el palacio Jarola de Elbete, propiedad del alcalde.
Ejemplo a seguir a la hora de labrar la piedra, al hacer las 2 fajas que separan los pisos, la cornisa moldurada del remate, las piedras resaltadas de las esquinas y sobre todo el balcón central.

*LOS AGOTES.

Los llamados agotes o cagotes, cuyos primeros indicios se hallan en documentos del siglo XIII, vivieron en los valles de los Pirineos durante seis siglos como una raza o comunidad diferente, discriminada por todos los pueblos de alrededor.
Las hipótesis sobre el origen de su mala fama son diversas. Para unos descendían de los leprosos y por eso se les discriminaba, por miedo al contagio. Para otros eran descendientes de los godos, por su piel blanca y pelo rubio.
Como gran distintivo físico de los agotes, se decía que no tenían lóbulo o que lo tenían pegado a la oreja. Fuera el motivo que fuera, también se baraja que la exclusión podría haber sido por motivos económicos. Y más en el Valle de Baztan, donde se instalaron y dieron forma al barrio de Bozate en Arizkun, pues querían obtener los derechos vecinales y la hidalguía a lo que los vecinos del Valle se oponían al no cumplir los agotes los requisitos de ser un lugareño o tener una sangre pura. Eran, por lo tanto, una gente absolutamente discriminada y sin apenas derechos.
No se les permitía labrar las tierras comunales, no podían utilizar el molino, tenían puertas exclusivas en las iglesias llamadas "Agote Ateak" y siempre tenían que sentarse en las filas traseras en las mismas.
Para sobrevivir de alguna manera, los agotes únicamente podían desempeñar labores de borreros o carpinteros (al ser la madera una nefasta conductora de enfermedades) pero más tarde también ejercieron como albañiles, artesanos o músicos. Y de hecho debían de ser muy buenos en los trabajos manuales pues no hay más que ver que arquitectura tan bella consiguieron levantar en Bozate con sus características casas.
Se movían según las condiciones se iban endureciendo en el lugar en el que estaban. con el paso de los años y de los siglos, las condiciones fueron suavizándose y los agotes poco a poco fueron asentándose allá por donde estaban, como en Baztan, y recibieron bulas papales por los que se les consideraba iguales a los vecinos y moradores de segunda como venían siéndolo hasta entonces. En Bozate todavía a principios del siglo XX eran tratados como una comunidad especial, aunque hoy en día ya estén totalmente integrados.
Para los que se consideran descendientes de los agotes en la actualidad, la realidad ha comenzado a cambiar, pues lo que antaño fue motivo de discriminación y repulsa, hoy se ha convertido en motivo de orgullo para estos descendientes.
De todas formas, y entre los más viejos del lugar, todavía los agotes son gente maldita, y Bozate un barrio maldito.
Fuente. Ayuntamiento de Baztan. Curiosidades.

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